LOMA VERDE.

Las ciudades de hoy no pueden concebirse de modo estático. El planeamiento urbano no puede apuntar solamente a la regulación del territorio . El transporte , la producción, el cuidado del medio ambiente, los residuos, la seguridad,la salud y la educación no pueden estar ajenos en esta planificación. Además debe existir una fuerte cooperación de los sectores público y privado. www.escobarquequeremos.blogspot.com

domingo, agosto 09, 2015

Quinta La Rosada de Carlos Di Carli Colectora oeste km 54


La quinta La Rosada de Carlos Di Carli en Loma Verde


"Recordado por muchos como “El Señor del Tango”, Carlos Di Sarli fue uno de los ilustres vecinos de la entonces casi despoblada Loma Verde, donde solía establecerse junto a su familia a disfrutar los veranos y descansar de su exitosa trayectoria en el mundo de la música ciudadana.
 Pianista, director y compositor, Di Sarli es uno de los exponentes del género que con más respeto y admiración se recuerda en la actualidad, a medio siglo de su fallecimiento. 

Sus temporales estadías en Loma Verde -era de su propiedad la quinta “La Rosada”,situada sobre la Colectora Oeste de Panamericana a la altura del kilómetro 56,500- fueron evocadas con emotividad recientemente por sus hijas, en una publicación del diario Clarín que sin más prólogo se reproduce en esta página. 

Mucho se sabe de la vida artística de Carlos Di Sarli. Pero muy poco es lo que se conoce de su vida privada. Por ejemplo, que tuvo dos hijas que aún siguen recordándolo con afecto. Al cumplirse los 50 años de su muerte, y a pedido de Clarín, Dora y María Cristina Di Sarli escribieron el testimonio que sigue y que ellas titularon “¿Vamos a la quinta?”: Cuando llega enero, con su calor sofocante, no podemos menos que recordar dos fechas: el 7 y el 12, que refieren respectivamente al nacimiento y la muerte de papá. Pero hubo, “allá en la infancia”, otros eneros; esos en los que nos íbamos a pasar un fin de semana o unas vacaciones a la quinta. Tuvimos una quinta pequeña en Loma Verde Escobar que el tiempo ha transfigurado en enorme, como todo lo que se tuvo en la niñez. El plan comenzaba con la pregunta: “¿Vamos a la quinta?” Y allí partíamos con mamá, papá, los bolsos y los perros. El viaje en auto que unía Vicente López con Escobar era, después lo supimos, bastante corto, pero nos resultaba larguísimo por la ansiedad de la llegada. 
Papá descansaba mucho en esos días en que nos alejábamos de todos y podíamos disfrutarlo en el anonimato de las siestas bajo los pinos. No era el famoso, el popular, el que los seguidores querían conocer y saludar. Durante esos meses era, solamente, un papá que jugaba con sus nenas, mientras el tiempo del verano transcurría, feliz.